jueves, 16 de agosto de 2018

A veces tenemos de más y no nos damos cuenta…

Este día es mi cumpleaños y desperté con una reflexión  “A veces tenemos de más y no nos damos cuenta” tuve la oportunidad de tener una infancia plena que a mis hijos volverían loco, tener la oportunidad de visitar el rancho de mi abuelo cuantas veces era posible es una dicha que me gustaría que mis hijos tuvieran. Compartir con una cantidad inmensa de familia, primos, tíos, conocidos y quienes cuidaban el rancho era algo que hoy me parece irreal. Trepando árboles, escalando cerros, ver animales en su hábitat, recoger frutos con la palma de mi mano, hornear pan, jugar, jugar y jugar sin la necesidad de un celular, tabletas, cosas de marca y todo lo que ahora parece ser “el deber ser”.

Vivimos un mundo que va muy deprisa, todos tenemos prisa, metas, horarios, que hacer, plazos que cumplir, fechas de entrega, de pago… estamos rodeados por un mundo que vertiginosa mente nos da información de todo el mundo en la palma de nuestra mano y ahora con la tecnología de las redes sociales y sus algoritmos nos definen práctica mente en el mejor de los casos que leer, que ver, que consumir, que querer, que odiar, con quien estar de acuerdo y con quien no, de que esperar mucho, las “fake news” y entre todo eso se nos pasa la vida con los ojos hambrientos de “ver” y con los dedos más ágiles de la historia para decir todo y nada.

Así que de repente queremos tener todo, queremos tomarnos la “selfie” con el café de la sirena cada vez que podemos, comprar le a tu novia o esposa lo “mejor”, bolsas, lentes y ropa de marca, utilizar el equipo de cómputo de la manzanita, tener un celular de alta gama y contar con cuentas en todas las redes sociales posibles. Queremos disfrutar intensamente descubriendo lugares, patentando visitas y conmemorando la “felicidad” a cada minuto. Dar testimonio de lo mucho que tenemos y somos.

Pero A VECES TENEMOS DE MAS Y NO NOS DAMOS CUENTA cuantos de ustedes han tenido una enfermedad que los ha postrado a una cama sin la habilidad si quiera de poder hacer sus necesidades por sí mismos, ¿cuantos de ustedes han tenido un familiar o un amigo en esas condiciones? Seguramente alguna experiencia, si no es así pues que afortunados son y esa es la premisa de mi reflexión con la que desperté: ¡Que afortunados somos! Tenemos muchos la oportunidad de valernos física y mentalmente por nosotros mismos y que pasa cuando nos  decimos que “no podemos” que es “difícil” ¿por qué nos saboteamos?, por qué no tenemos la habilidad y la fuerza de nutrirnos con las cosas pequeñas, interesarnos por leer, prepararnos y comprender mejor la historia de que nos precede, enfrentar nuestros demonios, cambiar los malos hábitos, dejar el celular y atender a la persona que tenemos enfrente… entre otras varias cosas más!

La respuesta está en cada uno de nosotros… no creen.

Mi invitación es: Invirtamos tiempo en lo que nos impulsa a ser mejor y valorar lo mucho que tenemos.

Para terminar les comparto una de mis campañas favoritas de marketing de la compañía de cascos de la marca “Bell” que dice: ¡Cómprate un casco del valor de tu cabeza!


Eduardo Cano Félix
Apasionado de la Vida
Emprendedor, Bloguero, Carpintero Ocasional y Marketero de Corazón

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