Mr. Trump al parecer será por un largo tiempo el motivo de
pláticas, críticas y mucho análisis. Qué hacer con una persona que gobierna a
la entidad que es una "súper potencia mundial" imposible estar
pensando que nada pasara para nuestro bien o mal. La forma como Estados Unidos
influye en todas las áreas de nuestro planeta es simplemente abrumador. Pero no
todo es malo, si bien no hay buenos augurios con Mr. Trump es increíble la
unidad que desatado como humanidad, de alguna forma estábamos dormidos o ausentes
y el señor americano nos logró despertarnos ahora ya a nivel mundial.
En ocho días que al interior de los estados unidos se empiezan a
gestar movimientos sociales que los especialistas no veían desde los años 70´s
de alguna forma ellos también estaban ausentes, lo cierto es que tanto en
México como en EEUU había ciudadanos descontentos pero no a este nivel, quizás como
no era tan grave nos los veíamos o hacíamos como que no estaban ahí. Ahora la
gente se ha vuelto más visible al tener un personaje que parece retarnos a cada
momento. Ahora tenemos un objetivo en común, ahora podemos unirnos en contra de
algo que es visible, patente y que tenemos todos los días acompañándonos en
nuestras vidas.
Las políticas ahora
en EEUU son y serán cada vez más radicales, provenientes del miedo y hartazgo del
americano blanco, “superior” y cansado de no sentirse tomado en cuenta, ahora
ellos son el material ó mejor dicho los soldados de Mr. Trump ayudándolo a
patentizar el odio, el miedo y la ignorancia en cualquier lugar de EEUU donde
se encuentren, su enemigo somos el resto del mundo quienes somos inferiores y
no entendemos la grandeza de ellos, ahora se dan cuenta que ellos también han
sido víctimas de sus propias políticas pero ahora se hacen los ofendidos y
agraviados. Al momento ya se han cancelado visas y entradas siete países del
mundo por el temor al terrorismo.
Por lo pronto Mr.
Trump ha ayudado a los mexicanos a ser más mexicanos, nos ha recordado que no
siempre hemos sido amigos de los americanos y que por lo tanto hay que
cuidarnos nosotros primero y después a los demás -como lo hicieron nuestros
"amigos" canadienses- tenemos ante nosotros una oportunidad
histórica, tenemos en Mr. Trump al pretexto que estábamos buscando para abrazar
con más amor y compromiso a nuestra patria, a darnos cuenta que hemos vivido
muy complacientes y silenciosos ante una clase gobernante que muchas veces -si
no la mayoría- no sabe liderarnos y no representa lo mejor de nuestros
intereses como nación, como creadores, como productores, como la nación rica en
recursos y en su cultura.
Darle las gracias
a Mr. Trump implica hacer un ejercicio de moral y autocritica que muchas veces
es insoportable, por un lado es claro que dejamos ser gobernados por quienes
detestamos, no nos involucramos y nuestros gobiernos simplemente parece no conocernos,
parece que cada quien va por su rumbo, unos quieren hacerse ricos y otros
simplemente feliz con lo mínimo algo de economía y seguridad, pero ahora con
una realidad que golpea nuestros bolsillos nos damos cuenta de la falta moral
ciudadana y que hacemos patente al no obligar al gobierno ser nuestro empleado,
al no arrancarnos esa idea heredada por nuestros ancestros de que el partido en
turno es el mejor y también el peor, pero el tema es que como ciudadanos nos
exoneramos y entonces quienes tienen la culpa son ellos, no nosotros.
Como lo decíamos en el blog anterior:
“El tema es
aprovechar esta oportunidad, no dejarla pasar, que no nos pase lo que siempre,
que se nos olvida el coraje, la rabia, el orgullo, vamos pensando que si
podemos hacer una diferencia.”
Por eso y muchas
cosas más -que están por venir- hay que darle las gracias a Mr. Trump,
esperemos que seamos mejores ciudadanos, que demandemos lo que nos merecemos y
claro hagamos nuestra parte antes de que el destino nos siga golpeando por no
involucrarnos, no necesitamos enemigos del extranjero teniendo aquí en nuestro
país muchos y que nosotros hemos creado, la preocupación y claro ocupación por
nuestra economía debe de estar en nuestras manos y no en lo hace y dice el
vecino, todo puede cambiar si empezamos con algo muy sencillo: INVOLUCRARNOS.
Eduardo Cano Félix