Que tu alegría sea fruto del esfuerzo.
Así empieza la frase que más me gusta, la utilizo como
línea final en mi firma de mis correos electrónicos, hará más de 14 años que me
encontré con ella en una agenda que me obsequiaron y desde entonces es un referente
en mi día a día. Siempre al final del día me cuestiono si mi día fue
satisfactorio en términos de negocios y por otra parte de formación, si aprendí
algo nuevo, si logre que mis clientes se sintieran más satisfechos con el
trabajo que realice.
Dicen los viejos que la Vaca no da leche, a la Vaca
hay que ordeñarla. Tienes que levantarte a las cuatro de la mañana, ir al
campo, caminar por el corral lleno de excremento, atar la cola y las patas de
la vaca, sentarte en el banquito, colocar el balde y hacer movimientos
adecuados. Ese es el secreto de la vida, la Vaca no da leche, se le ordeña o no
tendrás leche.
Hay un par de generaciones que piensan que las vacas
dan leche, que las cosas son automáticas y gratis: deseo, pido y obtengo.
Estamos cada vez más impuestos a los pequeños
esfuerzos, a vivir la llamada “hora nalga” que le hace creer al miembro de una
empresa o institución pública que el sólo hecho de estar frente a su computador
o mostrador es suficiente, cumplir con el horario, crear las excusas perfectas
para no llegar a las metas y no atender a los clientes, estudiantes que quieren
resolver todo a través de “google” y así una auto complacencia generalizada
donde no damos más de lo que nos piden, donde creemos que también solo pedir u
ofrecer nos generara una oportunidad de un buen resultado.
Cada quien tiene la medida correcta para su esfuerzo
diario, a veces cada quien determina que tanto se le va a echar ganas o no y
también cada quien se auto sabotea para hacer sólo lo necesario, que no le
alcance el tiempo, que no avance en la dirección necesaria para crear un mejor
resultado para sí mismo. De ahí que ahora se promueva tanto el “Coaching”, la “autoayuda”
y tengamos mucha información sobre la depresión, si la felicidad para uno es
obtener bienes y estos no se consiguen debe de ser una carga muy pesada, dirían
por ahí: “te preocupas por lo que no tienes y no disfrutas de los SI tienes”.
A todo esto se le agrega la automatización, la
recepción de muchos estímulos que levantan el ánimo, los “likes” en Facebook,
los seguidores en Instagram, terminar la serie de moda en Netflix y ser parte
de cuanto grupo de Whatsapp se nos atreviese. Estar al tanto de todas las
notificaciones, noticias, “memes” el video viral del momento, compartirlo, dar
la primicia, compartir y comentar.
Así se va creando una cortina de humo que nos impide
ver lo que hay delante, cuáles son nuestras metas, cuál es mi objetivo en la
vida, en este trabajo, como ayudo a mis clientes, como soy un mejor ciudadano.
El esfuerzo se va disipando y preferimos auto
flagelarnos en “¿por que?” no podemos vender, realizar, capacitarnos, estudiar,
mejorar de repente abrimos el refrigerador y lo único que queremos que esté
lleno, queremos un vaso de leche y se nos olvida que no va a llegar solo, que
para ello tenemos que trabajar, generar un ingreso, ir a comprarla y llevarla a
la casa.
Nos creemos que la Vaca da Leche y se nos olvida todo
lo que tenemos que hacer para que ello suceda.
Que tu alegría sea fruto del esfuerzo y no de las circunstancias.
Eduardo
Cano Félix
Apasionado
de la Vida
Emprendedor,
Bloguero y Marketero de Corazón
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